Cólicos en bebés: síntomas y qué hacer

Cólicos en bebés

¿Qué son los cólicos en bebés?

Es la disminución o dificultad de la expulsión de gases y heces por parte del bebé. Suelen aparecer en bebés desde los 15 días hasta los 4 meses.

Normalmente va de la mano de síntomas como el estreñimiento (disminución en la cantidad de deposiciones y/o que estas sean más sólidas que de costumbre) y de irritabilidad cuando intenta realizar la expulsión y no le sale, o incluso de reflujo como veremos más adelante.

¿Cómo saber si mi bebé tiene cólicos?

Los cólicos tienden a producirse más o menos siempre a la misma hora del día, generalmente hacia la tarde-noche. Estos son los principales síntomas de los cólicos en bebés que pueden ayudarte a confirmar si es el caso:

  • Presenta un llanto fuerte.
  • Encoge y estira las piernas con mucha fuerza.
  • Tiene la cara enrojecida por el esfuerzo.
  • Arquea la espalda hacia atrás.

Cólicos: ¿por qué se producen?

Algo muy importante y que no nos cansaremos de decir a todas las familias que acuden a consulta por este tema es que no es culpa de los padres: no está relacionado con nada que hayas hecho mal o hayas dejado de hacer. ¡No te machaques!

Simplemente hay niños que son más propensos a padecerlos ya que no se sabe a ciencia cierta por qué se producen, lo que sí se ha demostrado es que está relacionado con un aparato digestivo inmaduro. Tampoco está demostrado que exista una mayor o menor incidencia en niños que toman pecho o biberón.

¿Cómo prevenir los cólicos?

A continuación, os ofrecemos una serie de pautas para evitar que los cólicos aparezcan, o que si lo hacen sea con menor intensidad.

1) Practicar una correcta expulsión de gases del bebé:

  • Posición tradicional: sobre el pecho, posicionaremos al bebé bastante arriba para que su estómago coincida con nuestro hombro. Al estar este más duro, ayudará a la expulsión.
    Con la mano cóncava, daremos golpecitos en el lado izquierdo del cuerpo del bebé. Uno de los errores más comunes es quedarnos cortos en la intensidad de dichos golpes: se deben realizar de forma suave y nunca sobre la columna, pero sí con un poco de intensidad para ayudar al gas a que sea expulsado.
  • Golpecitos con el niño sentado sobre las rodillas: con la mano derecha, sostendremos su mandíbula y con la mano izquierda daremos golpecitos en la espalda (misma intensidad que en la posición anterior).
  • Círculos con el niño sentado sobre las rodillas: posicionaremos una mano en su región mandibular y con la otra abarcaremos su espalda y cabeza. Realizaremos 3 círculos suaves hacia un sentido y otros 3 hacia el otro y lo repetiremos 2 ó 3 veces. 
  • Estiramiento de espalda sentado sobre las rodillas. Con las manos como en el punto anterior, ayudaremos al niño a estirar la espalda (como si creciera) hacia arriba y relajando para que se vuelva a «encoger» un poco.

2) Posicionar a menudo al bebé boca abajo en una superficie semirrígida 

(por ejemplo, en un parque en el suelo o almohadillado infantil).
Aparte de ser muy interesante para el fortalecimiento de la musculatura de la espalda, es beneficioso para prevenir los cólicos porque el propio peso del bebé hace que el intestino se estimule y le puede ayudar a la expulsión. Debemos ponerles en estas posiciones en momentos en los que no esté con el propio cólico, para que el niño no sienta mucha incomodidad y le cambiaremos de posición en cuanto se canse.
MUY IMPORTANTE no dejar al niño sin vigilancia acostado boca abajo. Desde FisioDía aconsejamos que siempre que se ponga en esta posición sea en momentos en los que los padres no estén durmiendo.

3) Colocar al bebé en la postura del koala

Tumbaremos al niño sobre nuestro antebrazo izquierdo, dejando apoyado el talón de nuestra mano sobre la región del intestino que más «atasco» produce, es decir: en lado izquierdo de su abdomen, entre las costillas y la ingle.
Su cara iría apoyada en la zona más cercana a nuestro codo y llevaríamos al bebé un poco hacia nosotros para tenerle bien sujeto. Con esta posición conseguimos, de forma pasiva, estimular el vaciado intestinal con el propio peso del bebé. Nos permite tener la mano derecha libre para poder realizar otras tareas o sujetarlo.

4) Masaje en casa

Es aconsejable a nivel preventivo realizar masajes en la zona abdominal al bebé. Estos se deben realizar en momentos en los que el peque esté tranquilo y relajado, se puede realizar con aceite o cremas y se trata de estimular el intestino grueso desde la ingle derecha del bebé, realizando una «U» invertida un pelín por encima del ombligo (sin irritarlo) hasta llegar a la ingle izquierda.

5) Movimiento de piernas como una bicicleta

Esto se debe hacer de forma suave y cuando el bebé esté calmado, siempre moviendo hacia el pecho del bebé primero la pierna derecha y luego la izquierda, para favorecer que los gases y las heces se movilicen hacia el recto (parte final del intestino).

6) Aplicar calor en la región abdominal del bebé

Con el contacto de nuestro propio cuerpo suele ser suficiente, pero si se quiere aplicar calor externo, este debe ser siempre muy suave y poner una tela en medio de la fuente de calor y la piel del bebé

Algunas medidas excepcionales que podemos poner en práctica en contadas ocasiones:

  • Se puede poner al bebé en una maxicosi o hamaca para que esté en posición fetal y, de ese modo, ayudarle a la expulsión. Estas ayudas están muy detractadas por la forma de la columna, pero en niños tan pequeños que tienen la columna hipercifótica per se, no está contraindicado usarlos durante 2h al día aproximadamente.
  • Ponerle una toalla enrollada bajo las piernas para que no tengan tanta extensión abdominal al tumbarlos boca arriba en la cuna. Así evitaremos los “pinchazos” que sienten en estas situaciones.
    MUY IMPORTANTE en estos casos que siempre haya un adulto vigilando.

¿Qué hacer si mi bebé tiene reflujo?

A menudo, los bebés que tienen cólicos suelen cursar también reflujo.

El reflujo se produce cuando el cardias (esfínter que relaciona el esófago con el estómago) se cierra mal. Es muy frecuente en aparatos digestivos inmaduros y totalmente corregible de forma natural en pocos meses.

Al tener un mal cierre y el contenido del estómago ser líquido al 100%, en el momento en el que se tumba al bebé la leche puede subir desde el estómago hasta el esófago y producir una sensación incómoda.

Las maneras de detectarlo suelen ser que el niño se revuelva mucho justo después de comer, o que de pronto empiece a hacer movimientos con la boca como si saboreara algo. No es grave, pero sí incómodo.

Las dos mejores maneras de prevenirlo son:

  • Tras la ingesta de leche intentar dejarles en vertical un rato
  • Poner cuñas homologadas debajo del colchón de la cuna y del carro.

¿Cómo se tratan los cólicos en fisioterapia?

Cuando el bebé ya posee sintomatología, se pueden aliviar sus síntomas con todas las pautas comentadas anteriormente, pero es aconsejable que acuda a un especialista para aliviar al bebé y que la situación no se alargue más de lo debido.

La fisioterapia pediátrica engloba el tratamiento tanto de cólicos del lactante como el reflujo, al igual que la fisioterapia respiratoria. Combinando diversas técnicas y con nuestro conocimiento anatómico del bebé, se logra la mejoría de forma inmediata de la sintomatología del niño.

En FisioDía contamos con Diana Sánchez Rodríguez, fisioterapeuta experta en Fisioterapia pediátrica con experiencia de más de 10 años en el sector. Somos de los pocos centros de la zona noroeste de Madrid que posee esta especialización.

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